Odontología digital: Realidad vs Postureo

El mundo digital ha llegado a todas las áreas de conocimiento, profesiones y especialidades. Por supuesto, la odontología no podía quedarse atrás. Es raro, que en los congresos, y da igual cual sea la especialidad, siempre hay alguna charla en la que se toca el tema de la odontología digital. Aceptémoslo, está de moda. Y es cierto que, con el ¡BOOM! del 3D, nuestra profesión se ha dejado llevar por la inercia de “lo nuevo”, de “lo visual”. El ponente que no habla de digital, es como si se hubiera quedado atrás. He llegado a escuchar a algún que otro ponente decir frases del estilo: «Desde que tengo el escáner intraoral en mi consulta ha desaparecido el alginato y las siliconas». ¿ Te lo crees? Yo no.

En nuestra profesión, se ha llegado a establecer la creencia de que la Odontología Digital es una nueva “especialidad”. Deberíamos echar la vista atrás y buscar una definición de «¿Qué es la odontología digital? Para ello, vamos a buscar en las redes. Éstos son algunos ejemplos que he encontrado:

La odontología digital es una rama de la odontología que aplica tecnologías digitales para el diagnóstico, procesamiento de imágenes y elaboración de piezas dentarias, prótesis y órtesis.

Éste es el que considero un primer error, ya que para mí, la odontología digital es una herramienta de trabajo transversal. Y sí, has leído bien, HERRAMIENTA de trabajo. Una herramienta que necesita de los conocimientos propios básicos de cada especialidad. Además, y seamos realistas. El flujo digital que aplicamos en odontología es una adaptación de las tecnologías 3D con el apellido «Dental», sobrecoste añadido, no podría ser menos. El resultado de esta adaptación de las tecnologías a nuestra profesión da como resultado la sensación de «Solo sé, que no sé nada». Cuanta más investigación hago, más me doy cuenta que en realidad no sabemos nada. Llegar a entender todos los procesos digitales se acerca más a la ingeniería que a la odontología, y eso, requiere tiempo de estudio, esfuerzo, aprendizaje y formación.

Como decía, para llegar a exprimir al máximo el flujo digital, se necesita tener asentados al 100% los conocimientos básicos en cuanto a periodoncia, prótesis, odontología restauradora, ortodoncia, cirugía, implantes, etc… y la interrelación de estas especialidades entre sí. La realidad es que la integración del conocimiento de todas las especialidades entre sí, no es una realidad. La formación a día de hoy en el grado y en la mayoría de postgrados es compartimentalizada. Segundo error. Lo que sí permite el digital, una vez que se tienen claros todos los conceptos previos, es la capacidad de integración de la información en un tratamiento multidisciplinar, aumentando la predictibilidad del mismo, debido a la transversabilidad que supone trabajar en digital.

Supone, por tanto, un cambio de mentalidad, y tenemos que diferenciar entre la parte técnica y la parte de costes. Y ésta última es a la que todos mas nos importa, ¿o no? ¿Pero es la más importante?

En cuanto a la parte técnica, habría mucho de lo que hablar, escribir y debatir. Simplemente, y para ir abriendo boca, diré que hacen falta 2 cosas: GANAS y FORMACIÓN. En cuanto a las ganas, poco que decir, hay que lanzarse a la piscina, sin pensarlo. Cuanto antes te subas al carro del digital y empieces a trastear, mejor. Antes superarás la curva de aprendizaje por la que TODOS hemos pasado. Por otro lado, la formación: necesaria e imprescindible. Si puedo aportar un consejo, sería el siguiente: no pretendas conducir un Ferrari si aún estás sacándote el carnet de conducir. Lo más probable es que pierdas el control.

Existe la creencia de que, con el digital, sirve con comprar la “maquinita”, hacer un curso de formación que bien nos ofrece la casa comercial o un compañero un fin de semana y que el resto se hace todo en piloto automático. La realidad no es así, pudiendo llegar a ser frustrante. Desde mi punto de vista personal, hace falta tener claro una visión global de en qué consiste el flujo digital, como funciona cada aparato, como piensan los softwares, como integran la información, como la procesan, como compartir esta información con nuestros laboratorios para que haya los menos problemas posibles y lo más importante, establecer protocolos de trabajo para cada tratamiento. Esto debiera ser un must.

Por un lado, tenemos tratamientos con protocolos muy bien definidos y predecibles: restauraciones dentosoportadas e implantosoportadas de hasta 3 piezas, cirugía guiada, incrustaciones, carillas y tratamientos de ortodoncia. Además, la principal ventaja que nos aporta el digital es la capacidad de tener control de la posición tridimensional de los modelos en el espacio, el control de la dimensión vertical, integración facial, posibilidad de almacenamiento en la nube de toda la información de nuestros pacientes sin acumular espacio en la consulta, control de la oclusión y parafunciones, eliminación de las empresas de mensajería, en pro de la inmediatez. Esa inmediatez que la sociedad actual tanto demandamos, y que en nuestra profesión favorece la comunicación clínica-laboratorio. Como véis, las ventajas de trabajar en digital son numeroas, pero, ¿existe algo “negativo”? Me gustaría deciros que no, pero la realidad es que sí.

Entre los aspectos a mejorar en el flujo de trabajo digital en odontología podría enumerar los siguientes:

1. Evidencia científica escasa, débil y laxa.

En primer lugar, en nuestra profesión, los protocolos clínicos de cada especialidad se han basado en la evidencia científica. Sin embargo, en digital, esta evidencia científica es muy débil y laxa. ¿Por qué?:

Básicamente porque la mayoría de investigadores no son especialistas en odontología digital, y mucho menos, la mayoría de revisores de las revistas. Pocos profesionales se han parado a estudiar cada parte del flujo digital al detalle. Simplemente, se han aplicado en la mayoría de investigaciones, protocolos propuestos por las propias casas comerciales o ciertos gurús. Tercer error. ¿A qué nos ha llevado esto? Principalmente, a que sea cada usuario, a que cada ponente en un congreso promueva el tan mañido lema “porque a mi me funciona” ó “en mis manos funciona”, derivando todo ello en múltiples cursos de formación basados en el empirismo, dando lugar a variados y variopintos protocolos de trabajo para un mismo tratamiento. Algunos serán correctos, otros no tanto y otros, simplemente, inducen a errores.

Por poneros un ejemplo, una de las líneas de investigación en la que he trabajado y sigo trabajando a día de hoy es el análisis de factores que afectan a la precisión de los escáneres intraorales. ¿Crees que la luz ambiental del gabinete tiene importancia? ¿Si o no? Independientemente de los que hayas respondido, ya te adelanto que sí. Sin embargo, durante años se han publicado multitud de artículos con todos los escáneres intraorales habidos y por haber “estudiando” cual era el escáner más preciso. (Puedes acceder a estos artículos en el siguiente enlace). Sin embargo, todos esos estudios obvian la variable “luz ambiental del gabinete”, aportando por tanto, datos sesgados. Esto no se sabía hasta que  publicamos en el Journal of Prosthethic Dentistry (JPD) en el año 2020, el impacto que tiene la luz ambiental sobre la precisión de los escáneres intraorales.

A día de hoy, sabemos que la diferencia de controlar o no la luz ambiental del gabinete puede hacer que un mismo escáner tenga mucha, poca o nada de precisión. Por lo tanto, todas las investigaciones previas de precisión de escáneres intraorales llegan a quedar como mucho, en papel mojado. Además, también os adelanto que el rango de lúmenes óptimos del gabinete, dista mucho de tener que escanear con la luz apagada y varía específicamente para cada escáner. Esto último nunca lo he escuchado en ningún curso. Lo que si he escuchado es: “Hay que escanear con la luz apagada para no influir en la precisión del escáner intraoral”. ¡Toma ya! Otra vez más, error. Cuarto error. 

Este es el problema de trabajar con protocolos basados en la ciencia del empirismo. Por lo tanto, otro consejo que te doy para que empieces a formarte en digital es leer. Leer artículos científicos de calidad, con un material y métodos muy protocolizado. Y sí, se lo que estás pensando… ¡menudo coñazo! Pero a día de hoy no existe otra fuente de conocimiento en digital. Pero te lo voy a poner fácil. En mi web, existe un apartado llamado “Publicaciones”. Ahí encontrarás información de calidad de los artículos que hemos publicado en los últimos años tratando temas de escaneado facial, escaneado intraoral, escáneres de laboratorio, diseño en softwares CAD, impresión 3D y fresado.

2. Tecnologías 3D compartimentalizadas. “Digital Workflow” inconexo

En segundo lugar, para la industria, el flujo digital en odontología es una tarta golosa y cada empresa quiere su trozo de tarta, su cuota de mercado. Esto está muy bien de cara a la industria, pero, sin embargo, ¿en qué repercute al usuario final?, ¿a nosotros como dentistas? Básicamente, en no tener capacidad económica en adquirir la mayoría de tecnologías disponibles en el mercado. Existen empresas de escaneado facial, escaneado intraoral, control de la oclusión, detección y transferencia de la dinámica mandibular, radiología 3D… y podríamos seguir con un largo etcétera. Sin embargo, cada uno de los apartados que he mencionado, supone una empresa diferente, que hace necesario adquirir el aparato específico de cada empresa, con el desembolso económico que ello supone. Y además, la integración de los archivos entre sí, generados por cada sistema, no es todo lo sencillo que debiera… ¿A qué nos lleva esto como profesión? A dos cosas: La primera, a no tener acceso a tecnologías de las que todos podríamos beneficiarnos… y en segundo lugar, a que no haya integración de las tecnologías entre sí, no existiendo un avance tecnológico real, conllevando a tener que trabajar en un flujo de trabajo digital inconexo.

Un claro ejemplo de que esto del digital es una tarta golosa, lo vemos claramente en el mundo «scanbody» en implantología. Cada casa comercial tiene su propio scanbody. Un scanbody es lo que vendría a ser el transfer de impresión convencional, pero en digital. ¿Es necesario, lógico y viable que existan multitud de scanbodies para un mismo implante? ¿Esto que supone? Pues básicamente estar atado a una casa comercial en concreto, ya que cada scanbody lleva asociada su propia librería del implante y aditamentos. Nos puede gustar mucho trabajar con el scanbody original de la casa comercial X, pero que su sistema no permita realizar una corona implantosoportada con corrección de la angulación con un tornillo dinámico. ¿A qué te obligaría? O realizar una corona cementada, o bien comprar el scanbody de otra casa comercial, citar de nuevo al paciente, reescanear el caso otra vez para utilizar el sistema que sí te permita corregir la angulación con un tornillo dinámico porque su librería está optimizada para ello. Éstos es sólo un ejemplo para aportaros una visión global de en que punto nos encontramos a día de hoy.

Este post, pretende darte una visión de lo que para mí es la Odontología Digital, más allá de la visión dulcificada y facilona que se enseña en las redes sociales, videos de casas comerciales o en los propios congresos. Esta web, y este Blog va a tratar el tema del digital desde la más absoluta sinceridad, aportando mi propia experiencia, que como has podido comprobar, se trata de una visión del digital muy personal, muy crítica, ácida y tratando de llegar al mínimo detalle que pueda marcar la diferencia en el “Digital Workflow”. El objetivo de este Blog será éste y no otro.

Si has llegado a leer hasta aquí puede ser por dos motivos: 1) realmente estás interesado en aprender y saber más del mundo digital aplicado a odontología, o 2) ya estás inmerso en este mundo y te has sentido identificado con todas o alguna de las situaciones que he ido escribiendo a lo largo de este post.

Sin embargo, también me interesa conocer cuál es tu opinión al respecto. Puedes enviarme tu experiencia en digital, opinión o sugerencias para futuros post en el siguiente email: info@wencespiedra.com.

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